martes, junio 13, 2006
Los sueños, sueños son...
Esta noche he tenido un sueño un tanto extraño. Primero, soñaba que yo llegaba a mi casa de la calle, salía del ascensor y cuando iba a sacar las llaves de mi casa, descubría que ya había unas llaves puestas: las llaves de mi madre. Abro con ellas, y le digo "mamá, te has dejado las llaves puestas en la puerta" y hasta ahí puedo recordar (una situación que ha podido osurrir más de una vez aquí, vaya. Totalmente verosímil). Lo siguiente que recuerdo es que yo estaba en mi casa, llaman al timbre y me asomo a la mirilla. Entonces veo a una pareja, un chico y una chica, que están en mi puerta esperando a que les abra. Él va vestido de negro y ella, considerablemente más bajita que él, lleva una camiseta amarilla y un pañuelo en la cabeza. No sé cómo, pero a través de la mirilla esa pequeña silueta me resulta alegremente (y extrañamente) familiar... Abro la puerta y esa pequeña figura femenina entra a mi pasillo empujada por la figura masculina, y es entonces cuando ya veo claramente quiénes son: Rocío (Prieto) y Roberto (Muñoz). Entonces él la empieza a achuchar para que me diga algo, algo que ella no me quiere decir por un ataque de timidez. Y entonces Rocío dice Paco, veníamos aquí porque yo quería pedirte perdón por todo esto que ha pasado estos años, por no tener el contacto que teníamos antes, porque nuestra amistad se fue al traste y cosas así (Esas no fueron sus palabras exactas, supongo, pero recuerdo que fue especialmente insistente). Nada, total, que yo le digo que no se preocupe, que aquí el que tiene que pedir perdón soy yo, que para algo fue el que lo hizo mal, el que creó el problema... Y total, que se quedan los dos en mi casa a tomar café y eso, charlando, recordando viejos tiempos, preguntándonos qué andamos haciendo ahroa, si trabajamos, si estudiamos, que si te veo por la facultad pero nada más que te saludo y cosas por el estilo...
Ah, y entre lo de mi madre y lo de Rocío, pasó otra cosa que no entiendo, supongo que más ligada a la primera parte del sueño que a la segunda. Yo no sé dónde estaba, pero sé que tenía que esperar a que alguien viniera a recogerme y por allí no aparecía nadie, así que un hombre mayor (como de 60 y pico de años) de mi barrio (físicamente no sé quién es, pero en el sueño yo le conocía y él me conocía a mí) me dice que si me acerca hasta mi casa, y yo por supuesto le digo que sí. Total, que cuando llegamos a mi barrio, él aparca en doble fila y se va, dejándose las llaves puestas. Yo las cojo y salgo corriendo para dárselas, pero ya no hay nadie por allí. Entonces aparece Raquel (la novia de Rubén, para los que la conozcan) montada en moto con un cani (por supuesto los dos sin casco... Vamos, que les van a quitar puntos por un tubo... :-P) y le digo que si ha visto por dónde se ha ido el hombre y me dice que no, por lo que opto por cerrar el coche con llave y guardármelas para poder devolvérselas cuando lo volviera a ver...
Aish, si es que las cosas estas son lo peor (los sueños, digo). Cuando me levanté, me levanté con el recuerdo de Rocío, y de saber qué hace con su vida. Me puse a buscar las agendas escolares que tenía yo de la época del instituto, donde viene su dirección. Pensé en escribirle, en saber qué andaba haciendo... De pronto recordé el teléfono (954*5*6*2) y me imaginé llamando, y que se pusiera el padre y yo cortadísimo, o yo qué sé... ¿Por qué será que me acuerdo muchas veces de esa niña? Lo mismo será el cargo de conciencia...
Qué andarás haciendo ahora,
hecha una madeja en el sillón...