(Y de fondo: Quédate en Madrid, de Mecano ...Con la nariz entre tus ojos y entre un pulmón y otro pulmón el corazón y los congojos todos en reunión...)

Desde hace muchos años me vengo preguntando qué me puede hacer un poco más feliz. Y hoy he descubierto el qué: necesito sentarme, y llorar, llorar, llorar, llorar... No parar hasta que tengas los ojos rojos y bien secos...

(Y de fondo: More than words, de Extreme... More than words is all you have to do to make it real, then you wouldn't have to say that you love me cos I'd already know...)

Hace ya mucho tiempo que pienso que tengo ganas de escribir en el blog, y más de una vez lo he intentado, pero de pronto me encontraba con que no tenía nada que contar. Pero no sé, hoy se ve que sí que tengo ganas. Y no es que tenga anda especial que contar, sino que simplemente me paetece.

Anoche ocurrió algo... Estábamos ya preparando las cosas de la mesa y tal, para ponernos a cenar mis padres, mi hermano y yo... Mi padre y mi hermano estaban en el salón viendo el partido, y yo estaba poniendo las cosas de la mesa (cada día nos toca a uno, a veces a mi hermano, a veces a mí, pero él siempre se tanga (girl)...). Bueno, pues cuando mi madre lleva a la mesa las ensaldas, grita ¡Mamá! e instantáneamente deja las cosas en la mesa y se queda parada totalmente shocked. Cuando la escucho gritar eso, inmediatamente me sube algo por todo el cuerpo, desde los dedos de los pies hasta el último pleo de la cabeza, me emocionó en gran medida. ¿Sabéis? Hace ya más de ocho meses que no se gritaba eso en mi casa. Antes, era diario, un par de veces o tres al día. Me fui dle comedor, me metí en el cuarto de baño, y no pude evitar derramar algunas lágrimas. A pesar de que hayan pasado ya más de ocho meses desde que pasó, no dejo de pensar en ella ni un solo día. Es que han sido casi 20 años de convivencia con la vieja. La de veces que me quedaba en su cuarto viendo la tele con ella, o jugando a las cartas, a los dados, haciéndole miles de preguntas de trivial, simplemente para que ella respondiese, hablando del pueblo, de su familia, de mi madre y mis tíos cuando eran pequeños... Y ahora cada vez que veo algo que me recuerda a ella, no puedo evitar pensar "si ella estuviera aquí, diría...". No sé, tampoco es que me pase el día entero encerrado en mi casa, pensando en ella. Pero creo que la recuerdo mucho, la tengo muy presente. No sé si eso es normal después de más de ocho meses, pero es lo que siento. Muchas veces tengo conversaciones internas con ella, pienso que le pregunto algo y que ella me responde, que me cuenta cosas...

Bueno, dejemos este tema, para pasar a alguno más interesante. El fin de semana pasado vino nustra querida (que es más que amada) Poe (Amanda para la familia, me supongo). Pasamos tres días fantásticos, pasando todo el ****día en la calle, yendo para arriba y para abajo: Pakui llegando tarde, encuentros, charlas, inglés, montaditos, risas sobre los profesores que se parecen a los hobbits, cervezas a 50c, inglés, gin lemon, American marian, noveccento, inglés, salt, lemon, tequila, morenita, muchachita, bailes marianos, cagadas varias, inglés, American Pie por la Avenida de la Consitución, Pakui llegando tarde por la mañana de nuevo, inglés, Alcázar con una guía de excepción, traducción simultánea, pic-nic, vasos de tinto regalados, comida a base de turkey, inglés, suchard, chocolate, pan de leche, guitarra, paseo por Triana, Esperanza de Triana para una Americana, inglés, tetería, tés variados, cachimba, fotos por doquier, marcha a casa con Marian2 en lo alto, grabación de "sæí, sæí, viva la marian" por parte de American Marian, inglés, recogida temprano de Pakui en la puerta de su casa, Pakui baja un cuarto de hora antes de la hora prevista, inglés, marcha a Virgen de los Reyes, Hot chocolate más rico que el Cadbury, Churros, inglés, marcha al centro, Mercado de la Alfalfa, visita frustrada a la Casa de Pilatos (we got crunched), conventos, iglesias, más conventos, más iglesias, inglés, otro crunch en la Carbonería, another convent, another church, Leyenda de Pedro I El Cruel, Tinto con tapa, another church, búsqueda del gorrión de San Pedro, búsqueda de un bar para tapear, encuentro con La Giganta, inglés, tapas de lomo, de pringá, de patatas con albahaca y eneldo, de jabalí, de chocos, de pringá de nuevo (a la niña le gusta la pringá... es tonta, vamos...), inglés, café (del bueno, no el agua sucia que te ponen en los países aglosajones), helado en Rayas, paseo tranquilo por Sevilla, inglés, encontramos la gimkana, la seguimos, sólo conseguimos hacer las dos últimas pistas, inglés, compra de una camiseta, paseo por la catedral, avistamiento de un paso de palio en la catedral, entramos y lo vemos, inglés, vamos para el coche, propuesta para acompañarlos a Jerez, intento fallido, inglés y, por último, despedida y promesas de que hablaremos por internet. Y a pesar de haberlos dejao, muchas veces me sorprendía a mí mismo pensando en inglés, qué bien me viene eso para desempolvarlo. Hacía miles de años que no lo hablaba tan fluído. Pero bueno. Y lo mejor de todo, descubrir que hay una personita por Tennessee que lleva la palabra de Marian como bandera. ¡¡¡Enhorabuena, Poe!!! Has conseguido ser una verdadera Marian.

Y ahora sí que me marcho, que tenog que estudiar y esas cosas...

A long, long time ago...
I can still remember
How that music used to make me smile.
And I knew if I had my chance
That I could make those people dance
And, maybe, they'd be happy for a while...