sábado, noviembre 05, 2005
(Y de fondo: El espíritu de la navidad, de Los Planetas... Por la noche hay una fiesta privada en el jardín, han venido los monjes Shaolin con la pócima sagrada que te hace sonreír...)
Supongo que es necesario hablar de eso. Hablar de que no hubo nadie borracho, sino un poco colocados y no por volutad propia, sino por su aplampamiento personal. La noche se jodió entera, y por lo que a mí respecta, me fue bien. Una sensación rara durante todo el tiempo, sintiendo unas pesas en los tobillos y hablando con Mer y de pronto no saber de qué coño estaba hablando. Estar todo el tiempo completamente amamonado y no darme cuenta de nada... He de reconocer que sí, que lo hizo mal, lo hizo mal antes (cuando lo preparó y nos lo trajo), durante (cuando estábamos allí) y sobre todo, después (cuando, mientras dos de sus víctimas estaban en el ambulatorio, él se dedicaba a meterle cuello y lo que no era cuello a Inma). Pero también es verdad que creo que se estaba siendo demasiado duros con él. Claro, resulta muy fácil decir eso cuando sé que mi madre no era la que estaba pasando una noche fantástica en el ambulatorio, pero así lo creo. Bueno, ahora vengan a mí esas quejas y esas frases de pero qué estás diciendo, pero al igual que Ter, creo que se estaba juzgando demasiado duro al chaval. Su delito no consistía en traer eso, porque es que hacía falta estar muy poco pendiente o estar amamonado (con todos mis respetos) para no caer en la cuenta. Su delito viene después, cuando en la noche, en la fiesta que se había montado allí en el ambulatorio el nene no se preocupara salvo un buuuuuuuuuuen rato después... Ahí es dónde el niño lo hizo mal
Y para rematarlo, todo ello bañado con uno de los mejores rones del mercado... PAMPERO... Gracias, Marian (es bromaaaaa)
Si ya lo decía mi abuela:
Niño, ten cuidado
que hay gente que te echa
cosas raras en la Cocacola
Supongo que es necesario hablar de eso. Hablar de que no hubo nadie borracho, sino un poco colocados y no por volutad propia, sino por su aplampamiento personal. La noche se jodió entera, y por lo que a mí respecta, me fue bien. Una sensación rara durante todo el tiempo, sintiendo unas pesas en los tobillos y hablando con Mer y de pronto no saber de qué coño estaba hablando. Estar todo el tiempo completamente amamonado y no darme cuenta de nada... He de reconocer que sí, que lo hizo mal, lo hizo mal antes (cuando lo preparó y nos lo trajo), durante (cuando estábamos allí) y sobre todo, después (cuando, mientras dos de sus víctimas estaban en el ambulatorio, él se dedicaba a meterle cuello y lo que no era cuello a Inma). Pero también es verdad que creo que se estaba siendo demasiado duros con él. Claro, resulta muy fácil decir eso cuando sé que mi madre no era la que estaba pasando una noche fantástica en el ambulatorio, pero así lo creo. Bueno, ahora vengan a mí esas quejas y esas frases de pero qué estás diciendo, pero al igual que Ter, creo que se estaba juzgando demasiado duro al chaval. Su delito no consistía en traer eso, porque es que hacía falta estar muy poco pendiente o estar amamonado (con todos mis respetos) para no caer en la cuenta. Su delito viene después, cuando en la noche, en la fiesta que se había montado allí en el ambulatorio el nene no se preocupara salvo un buuuuuuuuuuen rato después... Ahí es dónde el niño lo hizo mal
Y para rematarlo, todo ello bañado con uno de los mejores rones del mercado... PAMPERO... Gracias, Marian (es bromaaaaa)
Si ya lo decía mi abuela:
Niño, ten cuidado
que hay gente que te echa
cosas raras en la Cocacola
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