En La Otra Orilla

domingo, diciembre 07, 2003

I need it

Ayer quedé con Elena... Todo fue bien. Ya, en el cumpleaños de Laura noté que esa noche no había sido como otras, que no me derrumbaba por dentro cada vez que la veía riéndose, o simplemente mirándola. Noté que no me afectó que viniese Javi, que todo fue del modo en que debería haber ido hace mucho tiempo si no llega a ser por mi estupidez. Y ayer de nuevo también fue bien. La vi como a una amiga más, una gran amiga. Me vino bien verla, conseguir aclararme las ideas, saber que lo que siento por ella ahora mismo no es más que amistad, afortunadamente. Hablamos mucho, de cagadas y de no tantas cagadas. Creo que nos vino bien a los dos, que se veía que teníamos muchas ganas de hacerlo, de hablar, de contarnos inquietudes, problemas, alegrías... Son tantos días los que estamos sin vernos, sin hablar, sin saber nada el uno del otro salvo un par de toques al día por los cuales sólo sabemos que nos recordamos el uno al otro todavía... Pero es tan grande el miedo a que la gente cambie, que es una alegría verla de nuevo y sentir que el tiempo apenas ha dejado huella en nuestra relación, que a pesar de que muchos días y muchos kilómetros nos separen tanto, podemos seguir hablando de lo mismo una y otra vez, con la misma naturalidad de siempre, sin sentirnos extraños el uno con el otro. Y lo mejor de todo es que hablamos más seriamente al final de la noche, cuando ya estábamos en su portal para despedirnos. Es irónico, ?verdad? toda una tarde juntos y resulta que cuando más hablamos es al final de la misma, cuando ya nos habíamos despedido, nos habíamos incluso dado un abrazo y todo, pero bueno, al menos hablamos que es lo importante. Hacía ya mcuho que no lo hacíamos, que sólo nos veíamos, decíamos dos cagadas y nos despedíamos... Me alegro

(lo anterior lo escribí ayer, pero mi hermano me quitó el PC... ¬¬)

Ayer en el cumpleaño de Gon lo pasé bien, sí. Contra todo pronóstico por mi parte, el tiempo se me fue rápido. Me asustaba la idea de que tod@s estuviesen acompañados y yo allí, solo, comiéndome los moquillos. Pero no, fue bien, para qué engañarnos... Las mismas cagadas de siempre, las mismas risas, los mismos comentarios jocosos y erótico-festivos respecto a la peli, las mismas miraditas que nos lanzábamos Laura, Mer y yo cuando Alejandro hablaba con Mari o cuando descaradamente le metía cuello... Me lo pasé bien, sí señor. Espero que esto empiece a cambiar, porque es que lo necesito...

Lágrimas que anuncian conclusiones, manos que no dan sin recibir

Écrit par Pakuito à 12:33