jueves, diciembre 11, 2003
Cutinella... Dónde te metes...
Hace algunos días abrí el MS Outlook y después de estar con la ruedecilla del ratón dándole para arriba y para abajo en un intento (no tan vano) de hacer pasar el tiempo más rápido cuando vi una carpeta que hacía ya muchísimo tiempo que no visitaba que se llama Cutinella. Sí, es ella. Aquella mujer uruguaya que un día "conocí" a través de un par de direcciones de e-mail. Dos mails más y resultó que a partir de ahí, todo vino rodado. Decenas de mails, no muy fulídos, pero sí que intensos. He de reconocer que gracias a ella, aprendí a creer que las cyberelaciones pueden llegar a ser ciertas, sinceras, importantes tanto como una relación usual. Eran casi 20 años de edad lo que nos separaban (y aún sigue así), pero nos daba igual. Nuestros mails estaban llenos de problemas universales, opiniones sobre temas de actualidad... De millones de recuerdos. Y me ha dado muchísima pena ver esa carpeta, totalmente cubierta de polvo, plena de telarañas, donde muchas vivencias y recuerdos quedaron enterrados, sin salir de ahí, esperando pacientemente a que un día lleno de nostalgia, yo partiese en su busca, para rememorar tiempos ya pasados. Y me decidí a escribirle. Le escribí un mail de esos que cada dos ó tres días aparecía en nuestro correo, donde le cuento lo que me ha pasado durante estos ocho meses de incomunicación... Y mientras escribía ese mail pensé "?y si ya no está? ?Y si de pronto un día desapareció, y yo aún sigo pensando que está en su piso de siempre, leyendo un libro o fregando un plato?". Y me dio miedo. Me dio miedo que una persona que ha sido importante para mí desapareciese sin dejar rastro, dejándome aquí, viviendo en plena ignorancia. Pero realmente... ?quién podría decirme algo? Nadie nunca podría hacerlo. No soy más que una ventana a la que se asomaba durante un ratillo, cuando tenía algo de tiempo libre y por donde podía volcarse todo lo que quisiera... Pero ? si un día ella cerrase esa ventana? Todos los que estamos fuera seguiríamos lo nuestro, sin saber que hay detrás de esos cristales, sin saber si hay vida o no y si la hay, cómo es. Quiero volver a saber de ella. Cuti, te añoro, te quiero de nuevo cerquita mía, a mi vera...
...Miles de lunas pasaron, y siempre ella estaba en el muelle esperando
Muchas tardes se anidaron, se anidaron en su pelo y en sus labios...
...Miles de lunas pasaron, y siempre ella estaba en el muelle esperando
Muchas tardes se anidaron, se anidaron en su pelo y en sus labios...
